Es una modalidad de una tarjeta de crédito que consiste en que el pago de las compras y disposiciones en cajeros de dinero efectivo que se hagan, se aplazan automáticamente. A la hora de aplazar el pago, las entidades financieras que comercializan estas tarjetas permiten dos opciones:
Una cuota fija mensual (suele ser baja)
Un tanto por ciento de la deuda pendiente
Este tipo de tarjetas aparentemente cuentan con muchas ventajas, pero realmente funcionan como microcréditos, en lo que se aplica unos intereses muy altos que oscilan entre el 20% y 30% de interés anual, lo que ha dictaminado el Tribunal Superior de Justicia que es usura.